El fútbol es generoso, señores, y las posturas frente a este evento son diversas.Detrás de meter la pelota en un arco hay mil historias y un millón de intensiones, en un rectángulo de juego se juntan o chocan según el caso.
Los protagonistas del fulbito de los jueves bien lo saben. Cada jueves a las 21 horas se juntan en el reducto de la calle Lucero (católicamente rebautizada Av.Nstra. Sra del Rosario, o paganamente resumida, Av. del Rosario) decia, se juntan diferentes intensiones.
Dijo alguna vez alguien que el juego deja a la vista del observador las intensiones más básicas del ser humano. Vemos corriendo detrás del útil al egoista, al generoso, al que se sacrifica, al dotado y al limitado técnicamente. En el devenir del juego se viven emociones: crisis, éxtasis, entusiasmo, victoria y derrota. Dicen que uno juega al futbol como vive, que en el medio del fragor del juego nadie puede disimular su carácter.
La pelota llega a los pies del tipo, el tipo la para y mira hacia adelante. Frente a él ve a rivales y a compañeros, encuentra riesgos y oportunidades. Saldrá gambeteando o intentará una pared? El tipo tiene que tomar una decisión, que clase de persona quiere ser...
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